CRITICA AMPULOSA
Ángel Lara Platas
Hoy la conocemos
como Universidad Nacional Autónoma de México, pero su antecedente fue la Real y
Pontificia Universidad de México, fundada en 1551 por Cédula Real, organizada
con un formato similar al de la Universidad de Salamanca. Entonces solo habían
las carreras de: Teología, Cánones, Leyes y Medicina; y Artes y Cátedras como
carreras “menores”.
Esta institución
fue la primera en ofrecer cátedras en el continente americano. En ella se
formaron los propios doctores que conformarían el claustro universitario, así
como los profesionales del periodo virreinal -clérigos, abogados,
administradores y médicos-.
En septiembre de 1910 la educación media superior y superior mexicana se reorganizan y vigorizan con la inauguración de la Universidad Nacional de México, que reunió a escuelas nacionales fundadas a lo largo del siglo XIX -Preparatoria, de Jurisprudencia, de Medicina, de Ingenieros, de Bellas Artes- y a la recién creada Escuela de Altos Estudios.
En septiembre de 1910 la educación media superior y superior mexicana se reorganizan y vigorizan con la inauguración de la Universidad Nacional de México, que reunió a escuelas nacionales fundadas a lo largo del siglo XIX -Preparatoria, de Jurisprudencia, de Medicina, de Ingenieros, de Bellas Artes- y a la recién creada Escuela de Altos Estudios.
En julio de 1929 la
Universidad se convierte en autónoma con el nombre de Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM). Actualmente es la más grande e importante de México
e Iberoamérica.
La UNAM tiene como propósito primordial trabajar al servicio del país y de la humanidad, formar profesionistas útiles a la sociedad, organizar y realizar investigaciones, principalmente acerca de las condiciones y problemas nacionales, y extender, con la mayor amplitud posible, los beneficios de la cultura y la ciencia. Es la universidad con mayor reconocimiento académico en Hispanoamérica, así como también una de las más grandes y activas en materia artística. Se le considera parte indisoluble del proyecto de nación.
La UNAM tiene como propósito primordial trabajar al servicio del país y de la humanidad, formar profesionistas útiles a la sociedad, organizar y realizar investigaciones, principalmente acerca de las condiciones y problemas nacionales, y extender, con la mayor amplitud posible, los beneficios de la cultura y la ciencia. Es la universidad con mayor reconocimiento académico en Hispanoamérica, así como también una de las más grandes y activas en materia artística. Se le considera parte indisoluble del proyecto de nación.
La UNAM está
pagada con dinero de todos los mexicanos y sus principios básicos son la
libertad de cátedra y de investigación. Está inspirada en todas las corrientes
del pensamiento.
En 2007 fue
declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad, y en 2009 fue galardonada
con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Además es considerada
como la mejor universidad de habla hispana y la quinta universidad más
atractiva al turismo cultural en el mundo.
En sus aulas
estudiaron tres mexicanos laureados con el Premio Nobel: Octavio Paz (de
Literatura), Alfonso García Robles (de la Paz) y Mario Molina (de Química).
La Sala Netzahualcóyotl, en el Centro Cultural Universitario, es
considerada una de las mejores del mundo por su belleza e ingeniería acústica.
El
proyecto de creación de la Universidad fue propuesto por Justo Sierra en 1881,
a fin de corresponder a la imagen de progreso y civilización que del país se
quería forjar, con la intención de contrarrestar el problema educativo.
La UNAM es una de
las instituciones más representativas de la nación mexicana. Es el proyecto
educativo, científico, cultural y social más importante de México, y uno de los
más significativos para la América Latina y el mundo iberoamericano en su
conjunto.
La UNAM ha sido, en
los últimos cien años, el modelo académico de muchas generaciones de
estudiantes de diversos países y ha nutrido el ámbito Iberoamericano de los más
influyentes científicos, humanistas, artistas, escritores, filósofos,
políticos, y deportistas de México.
Solo algunos
ejemplos: el poeta Juan Sabines, el futbolista Hugo Sánchez, el potentado
Carlos Slim, el mejor periodista en la historia de México Jacobo Zabludovsky, los
ex presidentes Carlos Salinas, Miguel Alemán y Miguel de la Madrid; Verónica
Castro, Carmen Aristegui, Germán Dehesa, Andrés Manuel López Obrador,
Cuauhtémoc Cárdenas, Julio Scherer, Carlos Monsivais, Carlos Fuentes, Javier
Solórzano, Santiago Creel, Beatriz Paredes, Federico Reyes Heroles; y millones más
que han abrevado cultura y conocimientos del Ama máter.
Sorprende
que sin el menor esfuerzo de investigación, el mundo de la enseñanza y el saber
hayan huido entre los ojos y los dedos de doña Josefina, cuando en su Tesina escribe
que la función de la UNAM era (pretérito) educar, pero “poco a poco fue convirtiéndose en una institución
política, en un monstruo que alberga más de medio millón de estudiantes que
lamentablemente no tienen (presente) ningún interés en su preparación
profesional”.
La neta (coloquial),
solo los rechazados podrían compartir esa ampulosa crítica.
Incongruente
que a la misma silla en la Secretaría de Educación Pública, que ocuparon
grandes pensadores mexicanos como Justo Sierra, José Vasconcelos, Plutarco
Elías Calles, Jaime Torres Bodet, o el Veracruzano Jesús Reyes Heroles, se haya
sentado alguien que ha abrigado la idea de privatizar la educación pública. Y
peor aún: que el mismo asiento ahora lo ocupe (premio de consolación) quien
recientemente reprobara como candidato panista al gobierno de Guanajuato
(médico, por cierto).
¿Qué ánimo
campeará el 1 de julio -en la soledad de la mampara-, de los que llevan tatuado
el emblema de la UNAM, que consideren esa crítica como una afrenta?
alaraplatas@hotmail.com
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