El
Baldón: Escuchando a Enrique
Por
José Miguel Cobián
Lugar: Hotel
Nikko en Polanco.- Evento: Asamblea Nacional de Turismo de la CONCANACO.
Situación: Pasarela de Candidatos.
Después de haber escuchado la noche
anterior a Josefina me quedé con la idea de que si ella no me convenció, Peña
Nieto mucho menos, pues lo que yo sabía de él, era lo que se decía en la
propaganda y en los chistes. Menuda
sorpresa me llevé.
Llegó puntual, inició puntual… Algo raro
en un político, el respetar los tiempos de los ciudadanos. No estaba tan bien
peinado, llevaba un gallito, lo cual demuestra que eso del ego es más
propaganda y envidia, pues resulta obvio que no tiene peinador de tiempo
completo… Y luego comenzó a explicar su
plan de trabajo, su preocupación por la pobreza en México y en particular su
compromiso por eliminar la pobreza alimentaria en el país. Mientras hablaba yo trataba de escudriñar si
de verdad es tonto, y no se lo ví por ningún lado. Es un hombre preparado y culto. Utiliza un
lenguaje que no se puede adquirir para una campaña, o se trae o no, e incluso
lo escuche expresarse muchísimo mejor que Josefina, al grado de que a ella la
comencé a sentir campechana, improvisada, y sobre todo desconocedora de los
problemas del país…
La estructura de la presentación del
proyecto de Peña Nieto fue perfecta.
Cierto que llevaba unas tarjetas, pero las miraba solamente para
apoyarse en el orden de su exposición, el resto del tiempo nos explicó cada
tema sin bajar los ojos ni una sola vez, lo cual implica que eso de que es
tonto, es más un juego de guerra sucia que una realidad…
Aquí no voy a hablar de sus propuestas,
esas son su problema y de su partido explicarlas a la opinión pública, aquí voy
a hablar de la personalidad del candidato, o por lo menos de lo que se pudo ver
en su presentación.
Lo ví desenvuelto y cómodo en el
micrófono, mientras yo pensaba que alguien que ya fue funcionario de primer
nivel y luego gobernador del estado más poblado del país, no podía ser un
ignorante, y mucho menos cuando ganó su partido la siguiente elección de
gobernador, con un margen impresionante de 35% por encima del segundo lugar. Lo
cual demuestra la aceptación de sus votantes (y gobernados) a su trabajo y
proyecto.
No es un hombre alto, es un poquito más
alto que Felipe Calderón, pero ni por error llega al 1.75 de estatura. Tampoco
es el galán de galanes, cuando mucho se podría decir que es bien parecido, pero
escuchando a las damas a mi alrededor, decían que su atractivo no es nada más
por ser bien parecido, sino por sus modales y su manera de expresarse, que
parece un caballero o un principito.
(Creo que la Sra. está enamorada de él por su forma de expresarlo, pero
al fin es el punto de vista de una dama).
Me pareció que en cuarenta minutos expresó
más proyectos de campaña que Josefina en una hora y cuarto que le dieron para
su exposición. No atacó a nadie, e incluso de dio tiempo para chulear un par de
políticas públicas de Felipe Calderón.
Solo plantear problemas y la forma de solucionarlos.
En lo particular me llamó la atención la
posibilidad de que todos los trabajadores pasen a la formalidad, eliminando las
cuotas al seguro social, y a cambio de ello, establecer un impuesto general
para todos los mexicanos, pero que nos permita también a todos los mexicanos
ser atendidos por el sector salud… Es decir, salud para todos, y no nada más
para el 45% de la población que hoy cuenta con IMSS, ISSSTE, seguro popular o
cualquier otro medio de atención de salud…
Eso de salud universal, y pensión universal para todos los adultos
mayores, financiados también con impuestos universales, me encantó, porque
sería un gran avance para tanto mexicano desprotegido. Y el comentar sobre la pobreza y la pobreza
alimentaria (algo que no hizo Josefina), también me llamó la atención y me
gustó.
Como AMLO canceló su presentación, y a
Quadri no quise escucharlo ni le veo posibilidades, creo que ya decidí el
sentido de mi voto, incluso en contra de mi idea original de votar en
blanco.
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