El Baldón: Cara de ¿ What?
Por: José Miguel Cobián
Entre los jóvenes se acostumbra
decir ¨puse cara de what¨, cuando se pretende afirmar que se escuchó algo
absurdo, extraño, raro, estúpido o falso…
Así puse el miércoles 23 de noviembre del 2011 yo mi cara, cuando leí
que en el tercer trimestre de 2011 la economía mexicana creció 4.5% según
cifras del INEGI. Y esa cara se debió a que minutos antes había yo leído que el
dólar se cotizaba por encima de los catorce pesos.
Una noticia de crecimiento
económico tan importante como la que proporciona el INEGI debía de haber
fortalecido la confianza de los inversionistas y de los mercados en México, lo
cual a su vez provocaría una entrada de dólares con lo cual la divisa se
cotizaría más barata en términos de pesos. Y sucedió exactamente lo contrario.
El pretexto estacional de
Octubre puede utilizarse todavía. Muchas empresas transnacionales americanas
(sobre todo) cierran su ejercicio en el mes de Octubre, y requieren a sus
filiales mexicanas enviar tanto sus estados financieros para consolidarlos en
sus matrices, como el pago de las regalías pendientes. Generalmente Octubre y principios de
Noviembre son meses con tipo de cambio caro para los mexicanos.
Aún así, el envío de divisas se
realiza antes del 20 de noviembre y después el mercado cambiario se recupera
hasta mediados de diciembre, en que aumenta la demanda de dólares por los
mexicanos que viajan al extranjero por las fiestas de fin de año.
Algún descabellado analista dirá
que el dólar aumentó de manera artificial, para que el Banco de México se gane
unos centavitos previos a la demanda generada por el ¨black Friday¨ en Estados
Unidos, que provoca que en México se generen vuelos charter y una enorme
demanda de dólares para adquirir productos a precios de verdadero descuento en
USA. Pero la medida llegaría un poco
tarde. Quien ya planeó su viaje, también adquirió sus dólares, o va a
aprovechar el pago a seis meses sin intereses que promueven algunas tarjetas de
crédito.
Después de descartar las dos
explicaciones posibles para este incremento en el valor del dólar respecto de
nuestra moneda, queda solo una explicación, que es la de que el mercado, los
mercados, los inversionistas, los analistas financieros internacionales, y
quien usted quiera, no confían en los datos del INEGI, que se ha parcializado
en este sexenio y ha sido usado como arma política y de propaganda según los
fines específicos del gobierno federal.
Intentar inyectar optimismo en
la alicaída economía mexicana no es malo, lo malo es hacerlo con datos que
aparentemente los mercados consideran falsos. Desgraciadamente la información
que proporciona el gobierno mexicano, ya sea sobre caídas de helicópteros o
aviones, o detenciones de capos, o del rubro económico, está muy
desprestigiada, y ni los nacionales ni los extranjeros la consideramos
confiable y veraz.
Cambiando un poco de tema, le
pregunto a usted, para que también pueda poner cara de ¨what¨: ¿Por qué el pueblo de México vende su voto a
cambio de una despensa, una lámina, cemento, varilla, etc., aunque pague las
consecuencias con un mal gobierno tres o seis años? ¿Por qué somos los
mexicanos tan apáticos y permitimos que los gobernantes hagan lo que se les dé
la gana con nuestros recursos públicos y no exigimos que se haga un uso
correcto y adecuado de los mismos? ¿Por qué los ciudadanos permitimos que se defina
la obra pública en función del criterio de una o dos personas en lugar de
participar y definir dónde queremos que se gaste el dinero de nuestros
impuestos? ¿Por qué permitimos que los partidos escojan a nuestros gobernantes,
y nosotros nada más validamos la elección que hicieron ellos? ¿Por qué en lugar
de no ir a votar, no invalidamos la papeleta para mostrar nuestro repudio, y
buscar que se anule, la casilla, el municipio, el distrito, la elección? ¿Por
qué no se usaron los cuarenta y cuatro millones de pesos que se van a gastar en
pavimentar la salida de Córdoba hacia el distribuidor diamante, en iniciar la
construcción de otra vialidad hacia Fortín o hacia Peñuela? Considerando que
hay muy pocas salidas de la ciudad, y ante cualquier percance queda incomunicada…
Este ejemplo se puede utilizar para cualquier ciudad del país.
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