LA CRISIS DE LOS POLÍTICOS EN CÓRDOBA
Fernando M. Cruz
A lo largo y ancho del territorio veracruzano no ha
habido ciudad que haya dado más políticos de renombre que Córdoba.[1] Ejemplos
existen de sobra. Desde puestos en el Gabinete Federal hasta el mismo
Gobernador en turno. PAN y PRI en Córdoba fueron cuna de varios políticos que se encuentran en
las esferas más altas del poder. Inclusive las izquierdas locales han aportado.
Sin embargo, aún con tantos políticos de nivel, ha ido creciendo un profundo
malestar social que esta derivando en una crisis de confianza en el sistema
político local. La confianza de los cordobeses en los partidos políticos nunca
ha estado tan débil como ahora.
Michel Foucault, gran teórico social, decía que los
hechos sociales se pueden analizar desde las dinámicas e influencias que tiene
el poder. En la teoría electoral se traduce en el siguiente enunciado: “Las
elecciones se ganan o se pierden, desde el
poder”. En una ciudad como Córdoba, este enunciado cobra vida.
Meses antes de la elección pasada para elegir diputados
federales el Gobernador Javier Duarte
–Cordobés– viene a despechar a Córdoba con la intención de sumar presencia
–desde el poder, como dice Foucault– al Candidato de su partido, Francisco Cessa. Realiza giras de trabajo por la zona rural,
algo inédito en un gobernador, que trataba con gran esfuerzo de revivir una
candidatura que había nacido muerta. Realiza promesas no sólo él sino todo su
equipo de trabajo. Aún con las advertencias de sus asesores el Gobernador lucha
por recuperar su casa, Córdoba.
Los resultados fueron aplastantes, hasta el punto de
la humillación. La derrota del partido del Gobernador, no sólo fue una clara
muestra de la desconfianza en el sistema político y la poca presencia que tiene
en su propia tierra, sino una lección de lo que puede realizar el gran malestar
social. Si como dice Foucault las elecciones se ganan o se pierden desde el
poder. El Gobernador perdió jugando de local y prácticamente sin rival.
Hoy el Ejecutivo Estatal quiere hacer lo mismo en
las próximas elecciones locales con un candidato lento, sin brillo, con poco
carisma y con un pasado de derrota e incapacidad política. Su Secretario, Juan Manuel del Castillo,
encarna al mismo proceso que llevó a la derrota al partido en el poder. La
misma gente, los mismos seguidores, los mismos ayudantes, y sospechosamente
hasta las mismas propagandas.
El PAN no está lejos de esta realidad. Su ambición
de poder los ha llevado a envilecerse hasta la ignominia. Políticos corruptos
que amenazan gente con quitar los programas sociales federales, funcionarios
fraudulentos, desvío de apoyos estatales, abuso de poder, intimidación, etc. Sus
candidatos, cartuchos ya quemados en una guerra que ganó la apatía y la falta
de resultados para Córdoba. Ellos, poco conocidos. Unos muy pasados de moda y
otros pasados de ego. Uno, posible
candidato, dejó a su paso por el sistema agrario complicidad en la venta más
grande de territorio mexicano a capital extranjero dejando a pueblos indígenas
pobres aún más pobres, pero ahora sin tierra que trabajar. Y otro con un doble
discurso de pseudo-renovación política con la sombra de graves complicidades a
los gobiernos que tanto critica.
No todo es malo. Tanto en el PRI como en el PAN, hay
liderazgos que no son tomados en cuenta
y que sin embargo pueden aportar frescura, credibilidad y gran dinamismo a
partidos con poca confianza.
Las izquierdas, sobreviven entre la ilusión de sus
seguidores y el doble discurso de muchos sus líderes. Su discurso, una copia
simple de las ideas nacionales que distan mucho de una oposición real,
efectiva, y motivadora que se adecue a las injusticias locales, que se viven
todos los días, o mejor dicho, que se sufren todos los días.
Los políticos –de todos los partidos– en Córdoba
tienen un gran reto. Recuperar su dignidad y la confianza de ciudadanía. El
reto de la ciudadanía, es tomar el control de su destino
y por primera vez ser críticos y exigir al gobierno. Con claridad y con
firmeza. Y el reto tuyo, querido Lector, es el de tomar las riendas de la
sociedad, y ponerlas en nuestras propias manos. El reto, hoy mas que nunca, es
el de convertirse en los base de los países más desarrollados: un Critical Citizen (Un ciudadano crítico).
Por lo tanto, infórmate, indígnate, actúa y exige. ¡Hagamos que suceda!
Twitter @Fermorales_cruz
[1] Fernando M.
Cruz.- Abogado por la Universidad Anáhuac. Activista político y Presidente
Estatal del Centro de Investigación Jurídica y Social “Integra Veracruz”.
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