GUERRA DE ENCUESTADORES
Ángel Lara Platas
Este periodo de sepulcral silencio electoral, ampliamente
conocido como de la veda electoral, que según los legalistas es una mera
ocurrencia de los franquiciatarios domiciliados en el IFE -por aquello de que resulta
atentatorio contra la libre expresión y manifestación de las ideas-; pudiera
ser traje a la medida para quien tiene la bendición de quien desde Los Pinos mueve
los hilos del país.
Sin embargo, claramente se puede apreciar que el silencio
electoral a unos los roza y a otros les da voz.
Derivado de la ola de cuestionamientos por los
sorpresivos datos que arrojó la encuesta de Lauro Mercado, director de la
desconocida casa encuestadora MERCAEI, y que el Presidente presentó como
propias ante más de setecientos consejeros de Banamex; los comunicadores, como
pelotones tras la palabra perdida, se han dado a la tarea de perseguir a los
encuestadores para que expliquen, de manera convincente, las discrepancias en
los resultados del trabajo de investigación que realizan. Y hasta los han hecho
hablar de más.
Los encuestólogos, en un ambiente de confrontación
metodológica, han cambiado su reluciente papel de intérpretes de la opinión
ciudadana, a un cohibido grupo que tiene que explicar, en el banquillo de la
crítica enjuiciatoria, el verdadero origen de esa cuasi virtud celestial que
los prestigia como los adivinadores del futuro de aquellos que quieren fama,
fortuna y poder.
En las entrevistas radiofónicas, los conductores se han
dado vuelo con preguntas de filo punzo cortante. Pero a pesar de la incomodidad
de las forzadas respuestas, los encuestadores han preferido contestar que
ponerse del lado del criticado silencio.
La respuesta que resultó un verdadero pasmo para los
radio escuchas fue la que, casi a coro, respondieron afirmando que las
encuestas sí están hechas a modo del cliente. Que la idea de ellos es dejar
satisfecho al contratante. Como dando a entender que el que paga manda.
También aceptaron que para favorecer la vanidad del patrón,
“juegan” cuidadosamente con los márgenes que permiten las respectivas
metodologías, con la firme intención de dejar satisfecho al cliente, pero sin
hacer evidente la intención.
Como domingo en la Catedral, los dueños de la fama de las
gráficas y los porcentajes también confesaron –más para salir al paso de las
críticas que para exhibir las entrañas de su metodología-, que sus encuestas
son una visión más de historia que de futuro. Y como para curarse un poco en
salud, manifestaron que “la mejor encuesta será la del primero de julio, día de
las votaciones”.
Lo cierto es que el asunto de las encuestas se ha
convertido en algo místico, mágico y hasta con un poco de brujería.
Aparte de que las entrevistas con los reconocidos
encuestólogos inician el primer viernes de marzo (fecha significativa en el tema
de la hechicería); con preocupación se puede observar que la decisión del país
está quedando en manos de las encuestas, como si se tratara de un hechizo
nacional.
Tan atrayentes son los resultados de las encuestas, que
ni el propio Presidente de la República pudo abstraerse al embrujo de estos
sondeos de opinión pública. Ni tardo ni perezoso se mandó hacer la suya, nada
más que con números más esperanzadores. Claro, al licenciado Calderón se le
pasó un poquito la mano, o mejor dicho, la gráfica. Y ya metidos de lleno en lo
mágico y misterioso, que empata a Josefina Vázquez Mota con el puntero Enrique
Peña Nieto.
No cabe la menor duda que lo que hizo Calderón ante los
banqueros, estuvo pensado y correctamente analizado. Lo que no queda claro es
cuál de las dos frases fue su fuente de inspiración, si “Caballo que alcanza
gana” o “El que se mueve no sale en la foto”. La primera, de corte popular, para
dar el mensaje de que Josefina con su apoyo puede alcanzar y ganar; y la
segunda, acuñada por Don Fidel Velázquez, en clara referencia a Andrés Manuel
López Obrador, con el mensaje de que está tan rezagado que en la foto no
saldrá.
Las discrepancias en los resultados de las diferentes
encuestas que se realizaron durante el mes de febrero del año que transcurre, y
las declaraciones de los encuestadores que fueron entrevistados, han motivado
comentarios de algunos analistas en cuanto a que algo debe hacer la Asociación
Mexicana de Agencias de Investigación, para que no se pierda el propósito
principal de las encuestas, que incluye, por supuesto, la credibilidad de los
propios ciudadanos.
Coinciden en que se tendrá que revisar la parte
científica de los procedimientos de investigación. Recomiendan que fuera
oportuna la aplicación de métodos de autorregulación y transparencia, sin
descartar lo que concierne a los aspectos de la ética profesional, ahora en
tela de la duda.
Lo que era una de las principales herramientas para la
toma de decisiones políticas, las encuestas, pase a ser tan solo una mera fotografía “del momento”, para
adornar una de las paredes de la casa de quien las manda a hacer.
alaraplatas@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario